El sabor de la infancia, revisitado por el arte contemporáneo.
Este cuadro arrugado retoma el icónico embalaje Nestlé de los años 50, símbolo de una época en la que el chocolate reunía a las familias. Los relieves del arrugado transforman esta imagen nostálgica en una obra con un encanto retro único. Entre dulzura azucarada y diseño vintage, esta creación captura el espíritu de un tiempo en que cada detalle respiraba alegría y sencillez. Una pieza que mezcla emoción, historia y estética.























